Todos en algún momento hemos dicho alguna mentirita a nuestra pareja, para evitar una discusión innecesaria o para no hacerle daño. Pero cuando se trata de una mentira más grave como en el caso de la infidelidad, por lo general, parece que los hombres tienen más facilidad para engañar y nos preguntamos: ¿Por qué me engaña?
Generalizar y acusarles de infieles por naturaleza o insensibles no te llevará a ninguna parte mas que a aborrecerlos. Hay varios motivos por los que los hombres son infieles a sus parejas y conocer esas posibles razones puede hacer que evites una situación tan indeseable como ésta.
Ellos también tienen miedos, inseguridades, dudas y reaccionan a su manera, diferente a la nuestra. Puede que no encuentren satisfactoria nuestra vida sexual, que no se sientan realmente valorados o que les cueste aceptar que se van a comprometer. Si tu chico se siente en como enjaulado en la relación, el fracaso está asegurado. A nadie le gusta sentirse así.
Por eso, lo mejor es que hables de todo lo que está pasando y que intentes ofrecerle tu cariño y tu apoyo, para que te vea como amiga y amante y sepa que podrá contar contigo en todo momento.
¿Qué lleva a los hombres a ser infieles?
El doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo, asegura que es el aburrimiento, y no la falta de amor, lo que llevaría a los varones a engañar a sus parejas.
Si ponemos en una balanza los múltiples factores que afectan al vínculo amoroso (pérdida de intensidad sexual, rutina, falta de intimidad por la presencia de los hijos, etc.), serán más influyentes que cualquier determinante genético. No obstante, si se combinan estos condicionantes interpersonales con los biológicos la fuerza para la infidelidad tendrá más vigor.
Los típicos argumentos de la infidelidad
Existen argumentos que se repiten en la mayoría de los infieles: “con mi pareja no tenemos el sexo de antes”, “me siento desplazado, los chicos acaparan toda su atención”, “ya no se arregla, perdió el atractivo”, “en la cama siempre hace lo mismo”, “nunca mi marido me hizo sentir una verdadera mujer”, “con él no se puede hablar”, “decirle que la mayoría de los orgasmos son fingidos sería herirlo de muerte”, etc.
Todas estas frases apuntan a la pareja como causal. Aunque muchas veces son meras excusas para justificar el acto desleal, no hay que quitarles importancia. Es cierto que “algo sucede en la pareja”, simplemente porque la convivencia la fustiga permanentemente con las miserias de la cotidianidad y suma la imposibilidad para encontrar salidas positivas.
Las parejas suelen sucumbir frente a la rutina y se resignan hasta que el tiempo, el efecto mágico de un viaje o la psicoterapia de pareja brinde alguna alguna esperanza. En este contexto aparece la figura del amante: como fantasía, como deseo, como realidad.
Con información de enfemenino.com